Implicación de los temas ASG en la gestión de Riesgo

La industria aseguradora tiene una alta vulnerabilidad a los riesgos ASG, especialmente los relacionados con el cambio climático, respecto a otras industrias del sector financiero. Esto debido a que desempeñan un doble rol, pues gestiona los riesgos a través de productos que cubren perdidas potenciales de la sociedad, y además actúan como inversores a largo plazo que financian la economía real.

En la última década los riesgos ASG se han incrementado constantemente por lo que son cada vez más relevantes para las aseguradoras. A nivel mundial, los riesgos ASG se pueden materializar en grandes acontecimientos con profundos efectos ambientales, sociales y económicos que no se limita a un país, sino que afecta a regiones enteras.

Los riesgos relacionados con ASG que antes se consideraban emergentes, ahora son mucho más comunes. Estos problemas ya no sólo se pueden dejar en manos de gobiernos u organizaciones no gubernamentales, sino que el mercado y las empresas también deben desempeñar un papel fundamental, más activo para comprender y abordarlos, ya sea reduciendo o eliminando el riesgo, o preparándose o adaptándose para cuando estos ocurran.

¿Cómo lo estamos gestionando?

Para la industria aseguradora, el desarrollo sostenible está directamente relacionado con la correcta gestión del riesgo, entendiendo la sostenibilidad como la capacidad de generar soluciones de protección que propicien el valor compartido, la gestión efectiva de las redes de proveedores y la inversión responsable.

En los últimos años se han exacerbado algunos de los riesgos cubiertos por los productos de seguros y, a su vez, han aparecido nuevos riesgos que requieren la creación de soluciones de protección, lo que impacta a las aseguradoras en múltiples frentes, pues afecta el desempeño de los asegurados, la sostenibilidad de proveedores y la estabilidad de las empresas en las que se invierte (Jiménez, 2020).

La industria aseguradora promueve el desarrollo sostenible desde la gestión del riesgo, mediante la colocación en el mercado de ofertas de valor que permitan a los asegurados enfrentar de forma efectiva los retos ambientales y sociales actuales. Las acciones planteadas para la industria se enfocan en aumentar la resiliencia ante desastres, promover modelos de consumo y producción sostenibles, y favorecer la inclusión financiera, la reducción del hambre y los estilos de vida saludables.

Promover la consolidación de comunidades resilientes tiene una relación directa con la correcta interpretación del riesgo, el dimensionamiento del impacto y su gestión anticipada. Por ello, el sector asegurador enfoca su esfuerzo en la comprensión de los riesgos y la creación de herramientas que permitan mejorar la forma de enfrentarlos. En este campo los desarrollos van desde herramientas geográficas que permiten evaluar la vulnerabilidad, sistemas que respaldan la atención de accidentes de tránsito o la evaluación de problemáticas sociales asociadas a la formalización de la economía (Jiménez, 2020).

¿Qué vamos a hacer?

Desde la promulgación de los Principios para la Sostenibilidad en Seguros (PSI, por sus siglas en inglés), se ha hablado de la existencia de diferentes roles desde los cuales el sector asegurador puede aportar al desarrollo sostenible económico y social. Con base en los PSI, desde Fasecolda se han definido tres roles de acción del sector asegurador colombiano (Rol asegurador, rol empleador y rol inversionista), todos basados en la actividad económica principal de las aseguradoras como gestoras de riesgos. En este marco se han definido acciones propias para cada rol, encaminadas a la gestión de los riesgos ambientales, sociales y de gobierno corporativo (ASG), mediante la aplicación de la innovación como vehículo para apalancar las soluciones (Fasecolda, 2020).

El sector asegurador trabaja para propiciar la inclusión financiera en las poblaciones más vulnerables. Se busca la incorporación exitosa de nuevos adelantos tecnológicos que permitan disminuir el costo de los productos, llegar a zonas geográficas complejas y masificar la colocación de soluciones de protección. Adicionalmente, los programas se enfocan en concientizar a la población acerca del riesgo y su gestión apropiada; en este campo se están aplicando herramientas educativas que permiten llegar a ciudadanos de diferentes edades (Fasecolda, 2020).